Servicio Voluntario Adventista

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Egipto

Hola mi nombre es Lais Novaes y en el periodo 2018 – 2019 fui voluntaria en Kirguistán y durante el año 2020 fui voluntaria en Egipto. Las experiencias en esos países como misionera cambiaron por completo mi vida, mi forma de pensar, mi relación con Dios y, sobre todo, la razón de servirle con todo mi corazón.

En 2018 estaba terminando mis estudios en la Facultad de Arquitectura de una universidad pública de Brasil, en ese momento escuché al pastor Leo Lins que estaba sirviendo en Kirguistán. Él y su familia vinieron de vacaciones a Brasil, habló de su experiencia en ese país, de cómo estaban siendo usados ​​por Dios, de todos los trabajos y actividades que hacían allí. Esa experiencia tocó mi corazón y me hizo querer servir en ese campo misionero también. En ese momento lo contacté, me aceptaron y comencé este camino.

Fui a una ciudad llamada Osh en Kirguistán, allí trabajé como profesora de inglés para niños, adolescentes y adultos. Para mí fue muy importante estar cerca de la gente, compartir un poco de mi fe, mis creencias y la importancia de estar en ese lugar, ya que es un país completamente diferente al nuestro porque tienen una religión completamente diferente y no es permitido hablar abiertamente de otras religiones.

Hice muchos amigos, conocí mucho de la cultura de ese país, pude probar la comida nacional, comencé a aprender un poco del idioma que es completamente diferente al mío. Hasta el día de hoy tengo un gran cariño por ese país, por la gente, por las amistades que hice allí que básicamente cambiaron mi forma de ver la vida. Llevaré estas experiencias conmigo a lo largo de la historia de mi vida aquí en este mundo. Estoy muy agradecida con Dios por esta oportunidad.

Fue una experiencia increíble también, porque de alguna manera sentí fuertemente el llamado de Dios a ese lugar, me abrió puertas de formas que nunca imaginé, la verdad es que nunca pensé que este viaje sucedería, la verdad es que Él hizo todo, me guió. a este lugar y estoy sinceramente agradecido desde el fondo de mi corazón por esta oportunidad.

En Egipto, fui maestra de preescolar para niños de 3 a 4 años. Estar con los niños fue mi mejor momento del día, fue increíble. Recibir el abrazo de esos niños, poder ver la sonrisa y la alegría en sus rostros, poder aprender un nuevo idioma, poder estar conmigo porque muchos de esos niños no recibían cariño en casa. Ellos también pasan por dificultades, pero el hecho de estar con ellos y ver la alegría de poder estar conmigo hizo que su día fuera divertido, el ambiente en el aula también y eso fue algo muy especial para mí.

De vuelta en Egipto también pude hacer muchos amigos con personas de la comunidad. Por las tardes trabajaba como profesora de inglés solo para mujeres y era un momento especial para aprender un poco más sobre la cultura, la forma de pensar de las mujeres y los problemas a los que se enfrentan cada día. Gracias a Dios pude hacer amistad con algunos de ellos, pude visitarlos en sus casas, compartí momentos con sus familias y también fue un momento especial poder orar con ellos y sus seres queridos. Al conocer la vida de estas mujeres me di cuenta que algunas de ellas estaban pasando por situaciones muy difíciles y ese era el momento adecuado para poder hablar de mi fe y de lo que creo. En esos momentos siempre era el momento exacto para decir una oración, el ambiente se volvió especial para mí, pero sobre todo para ellos.

Egipto es un país muy difícil donde el evangelio está estrictamente cerrado y donde la gente aquí practica otras creencias religiosas totalmente diferentes a las nuestras. Estoy profundamente agradecido por la oportunidad que Dios me dio de servir allí. Hasta el día de hoy sigo en contacto con los amigos que pude hacer y los llevo en el corazón. Todavía se comunican conmigo porque tienen mi contacto. Sigo orando para que Dios siga tocando el corazón de esos amigos a la distancia y con los demás voluntarios que allí mismo estarán sirviendo.

Si tienes la oportunidad de servir a Dios en algún lugar del mundo, si realmente tienes ese sueño, verás que Dios te usará, te abrirá puertas, te mostrará el camino a seguir. Él estará contigo en medio de las dificultades porque déjame decirte que no todo es fácil pero puedes estar seguro que Dios te transformará principalmente a ti y también a las personas que pondrá en nuestro camino. Presta atención al llamado de Dios, él puede hacer grandes cosas por tu vida. Ábrete a aprender sobre una nueva cultura, sobre la gente, sobre la comida típica del lugar, aprende un nuevo idioma. Guardo estas experiencias en mi corazón y sobre todo conocer gente que Dios ama y lo necesita, estas experiencias son insuperables y siempre las tendré en mi corazón.

El voluntariado es increíble, es un regalo de Dios porque al final de todo estás siendo bendecido porque en el voluntariado lo que recibes es una bendición indescriptible que no tiene precio, tienes que experimentarlo.

Comentarios

  • Matías Medina
    15 de enero de 2023 a 11:35

    Lais, que bueno todo lo que conta y como inspire a otros al servicio. El año que pasamos juntos trabajando en Osh fue espectacular. Dios te siga bendiciendo en todos tus planos.
    Siempre apuntando al cielo ????

  • Eliezer
    15 de enero de 2023 a 16:29

    Dios los bendiga excelente relato

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